Cascos de seguridad: Elegir la forma correcta de protección de la cabeza
Elegir la forma correcta de protección de la cabeza, como los cascos de seguridad, es sólo el principio de la historia. Hay mucho más que debe tenerse en cuenta para sacar el máximo provecho.
Como empleador, debe seguir las normas de protección de la cabeza establecidas en los países en los que trabaja. Estas normas deben incluir actividades como proporcionar instrucciones sobre cómo llevar correctamente la protección de la cabeza especificada, cuándo llevarla y cómo guardarla.
El almacenamiento de los EPI permite que se cuiden adecuadamente y, por tanto, que duren más tiempo antes de tener que ser sustituidos.
Los usuarios de los equipos de protección de la cabeza también tienen un papel que desempeñar, ya que deben cuidarlos para que puedan ofrecer la protección para la que fueron diseñados. Hay varias maneras de conseguirlo, como se indica a continuación.
Puede parecer una obviedad, pero siempre hay que llevar la protección de la cabeza en el sentido correcto. Un casco, por ejemplo, no le proporcionará una protección completa si lo lleva al revés.
Si el problema es el pico del sombrero, se pueden comprar sin picos. Del mismo modo, debe asegurarse de que el ala esté nivelada cuando la cabeza está erguida, ya que de lo contrario la protección que proporciona se verá reducida.
La protección de la cabeza está diseñada para la cabeza; llevar objetos dentro de ella podría dañar su integridad y reducir la protección que proporciona. Colocar guantes en él también puede transferir contaminantes o productos químicos de los guantes sucios a su cabeza.
Debe reemplazar la protección de la cabeza si se ha dañado o su vida útil ha expirado. Todos los cascos de seguridad llevarán marcada una «fecha de nacimiento» para facilitar la inspección del usuario. La frecuencia con la que debe sustituir los cascos varía entre dos y cinco años, dependiendo del nivel de uso y de las directrices de los fabricantes.
La mayoría de los fabricantes sugieren que la protección puede durar cinco años, pero siempre hay que comprobarlo de cerca.
Los cascos de protección deben limpiarse con agua tibia y jabón, en lugar de con disolventes o abrasivos. La higiene es una parte muy importante. Cuando se lleva protección para la cabeza, a menudo se puede sudar.
Es posible conseguir bandas antisudorales extraíbles para ayudar en este sentido, pero siempre hay que asegurarse de limpiar el casco.
Es aconsejable no guardar la protección de la cabeza donde pueda estar expuesta a la luz solar directa. ¿Cuántas personas guardan la protección para la cabeza en el estante del coche, por ejemplo? Los rayos ultravioleta pueden dañar la capa exterior de plástico.
No hay que olvidar que la protección puede hacer algo más que proteger a una persona. Los cascos de seguridad en las obras se utilizan a menudo para identificar funciones y responsabilidades; por ejemplo, visitantes, banqueros, supervisores y socorristas. Merece la pena comprobar con su cliente si tiene una forma específica de gestionar esto.
«Si su equipo ve que todo el mundo, desde el director general hasta los trabajadores, lleva protección para la cabeza, es mucho más probable que ellos mismos la lleven».